domingo, febrero 09, 2025

Tercer viaje otoñal: La cereza del pastel en Madrid y alrededores

Un tercer viaje en un lapso de unos dos meses es una locura, pero todo fue a raíz de varios factores. El primero fue una conexión perdida en Helsinki cuando iba a Praga en marzo de 2024 que me generó un crédito de 375 euros por parte de Finnair (socio de American Airlines, que tiene su sede aquí en Dallas-Fort Worth). Por otra parte son estas fotos (en su momento clandestinas) que pude tomar a escondidas en mayo y junio de 2018 porque estaban prohibidas:








Facebook sabe que me encanta el arte barroco y rococó europeo. Me apareció la página de Patrimonio Nacional, que es la institución que maneja los sitios reales. Pudo haber sido alrededor de marzo o abril del 2024 cuando vi que lanzaron un concurso de fotografía, por lo que le hice un comentario preguntando si ya se podían tomar fotos en los palacios por dentro. Para mi sorpresa, su respuesta fue: “Sí, trae tu cámara, ¡te esperamos!” La tercera razón fue que para el martes 5 de noviembre no había clases, aunque sí era día de trabajo para los maestros. Puede que haya abusado un poco de la confianza del director que teníamos en ese entonces, pero sabiendo que le encantan los viajes tanto como a mi le pedí cuatro días que se juntaban con un fin de semana del 1o al 6 de noviembre. Obviamente dijo que sí. Dejé trabajo para los tres días que no iba a estar con mis alumnos y que en su mayoría podían hacer ellos mismos sin ayuda y que a su vez les servía repasar los temas que estábamos viendo. 


Salí el 31 de octubre al terminar mi última clase rumbo al aeropuerto. El viernes primero de noviembre llegue a Madrid. Después de dejar la maleta en el hotel me fui caminando hasta la estación Moncloa. Ahí vi a Puri, una ex colega amiga que vino desde Cartagena. No la había visto desde junio de 2018. Nos fuimos en autobús hasta el Escorial:





















































No encontramos el restaurant italiano que ella buscaba, así que terminamos cenando Pizza Hut en la Plaza Mayor. No fue la pizza más fotogénica, pero puede que haya sido el sabor de Pizza Hut más rico que he probado. Esto fue lo que vimos en lo que bajábamos la cena:












El sábado 2 de noviembre salí temprano a Segovia. Desde ahí pedí un taxi que me llevara al Palacio de Riofrío, que no conocía. Está ubicado en un mini bosque afuera de la ciudad:




























Pedí otro taxi que me llevara a la Granja de San Ildefonso, que está en las afueras de un pueblo segoviano. A diferencia de hace más de seis años, esta vez sí pude tomar fotos a gusto:































De regreso en Segovia, el único detalle que extrañé fue el poder subir a la torre del Alcázar (no había mas boletos), y hubiera querido más ratos de sol, pero fuera de eso me gustó regresar:























































Amanecí cumpliendo 39 años el domingo 3 de noviembre. Había cola para entrar al museo Cerralbo que abría a las 10:00 AM. A las 11:00 tenía cita para ver el Real Monasterio de la Encarnación. Este es el museo Cerralbo:






























Llegué apenitas, porque este monasterio, también administrado por Patrimonio Nacional requiere un tour guiado, posiblemente porque sigue siendo un convento donde viven las monjitas. Al ser convento real supuse que debe haber algo que realmente valga la pena, aún si las monjas deben vivir de manera austera:















De ahí me fui a caminando a la Iglesia de la Virgen del Puerto y luego en taxi a la Real Academia de San Fernando:





















Entre este último museo y el Thyssen Bornemisza toca pasar por la plaza y el Palacio de Cibeles:

























El Thyssen está en la calle con camellón de la zona del Prado. Como siguen prohibidas las fotos en el Prado, el pagar 15 euros para visitarlo no fue prioridad, así que solo lo vi por fuera porque me llamaron la atención unos maples rojos, seguramente traídos de Estados Unidos, porque no parece haber árboles de hoja roja en otoño creciendo de manera natural en Europa:








Otro lugar donde las fotos siguen siendo prohibidas es en la Ermita de San Antonio de la Florida. Solo pude tomar esta foto:



De ahí me pasé a la zona moderna de Madrid para ver a Enrique y Sergio. No los había visto creo yo desde el 2015:








Me esperé hasta el lunes 4 de noviembre para ver el Palacio Real de Madrid porque acababa de terminar el puente del 1o de noviembre por el Día de Todos los Santos. No quería que hubiera tanta gente. Aún así, estuve cerca de media hora en la fila a pesar de que llegué antes de la hora de apertura. Creo que valió la pena la espera:




















































La Galería de las Colecciones Reales es un museo nuevo que abrieron a lado de la Catedral de la Almudena y en frente al palacio. Se puede pasar uno medio día entre el palacio, la galería, la catedral y las criptas que están debajo de la catedral. Esta es la Galería:





















Esta es la Catedral de la Almudena junto con el museo y las criptas:

















El Mercado de San Miguel fue una mera actividad cultural. No hay donde sentarse, pero este lugar quedó palomeado. Sus alrededores vale la pena conocerlos:








De ahí me fui al museo Reina Sofia. No lo recomiendo. Casi todas las obras y el lugar en sí viene siendo lo que anunciaban en una de sus colecciones, posiblemente temporal: un “esperpento:”













De ahí me fui caminando a la Iglesia de San Jerónimo el Real y sus alrededores:







De ahí me fui al Palacio de Linares, rodeando a El Prado. No pude ver por internet las horas de los tours guiados. Esto es lo poco que podía verse por dentro fuera de un tour guiado, ya que no había tours a esa hora:






Al salir eran casi las 6:00 PM, la hora a la que empezaban las últimas dos horas donde puedes entrar a El Prado gratis. Era una fila de unos 300 metros, pero avanzaba rápido. Al ser gratis, cualquier fotografía a escondidas es ganancia:



















Volví a ver a Sergio y por primera vez desde 2018 a Julio, que no lo veía desde julio de 2018:








El martes 5 de noviembre fue un día de locura. Empezando por ir al Palacio de Aranjuez, regresar a Madrid a ver el Monasterio de las Descalzas Reales, agarrar otro tren a Toledo y terminar yendo a cenar a casa de Enrique y Lucía en Madrid. Este es el Palacio de Aranjuez:










































Este es el Monasterio de las Descalzas Reales:




















Quedaba tantito tiempo para ver la Biblioteca Nacional de España antes de ir a Toledo:




Por los tiempos, en Toledo me enfoqué principalmente en la catedral:









































Esto fue de regreso en Madrid. Este edificio en la siguiente foto está frente a la Estacion de Atocha. La siguiente foto muestra la vista desde la casa de Enrique y Lucía. A Lucía no la veía desde que estábamos trabajando en Odessa:




En el vuelo de regreso volamos por la Sierra de Guadarrama y salimos de España por la costa de Galicia. Entramos a Estados Unidos al sur de Cape Cod:









No quiero ni debo pedir tantos días personales, al menos no en mucho tiempo. Valió la pena tomar fotos en lugares conocidos, sobre todo en aquellos donde estaba prohibido, valió la pena volver a ver amigos que tenia tiempo sin ver, y también valió la pena conocer algunos lugares nuevos.