sábado, marzo 02, 2013

La Canícula Parte 2


Después de tener la opción de seguir hacia la izquierda, derecha, o seguir derecho decidí seguir hacia adelante. En el camino me fui topando puertas donde no había salida, eran solo cuartos. En estos cuartos me tope con gritos e insultos en muchos de los cuartos. Había gente loca y chiflada. En otros cuartos me topé con gente buena y que nunca había visto o que conocía poco. Ellos tenían un camino diferente y tenían puertas distintas a las mías para pasar, a algunos los vi atravesando paredes, por esas puertas aparentemente invisibles para mí, iban siguiendo su propio camino que no podía yo recorrer por ellos. Pude quedarme con los datos de algunos de ellos. En otros cuartos me tocó ver a unas personas que me dieron una lección de vida. ¿Tendrían ellos alguna idea de qué es lo que busco y para qué?

De repente pude ver a algunos amigos que iban transitando su propio camino de vida, en algunos cuartos incluso vi uno que otro paisaje por alguna ventana, pero eran ventanas cerradas y no pude salir. Al seguir por el pasillo central que había seguido desde que abrí aquella cortina hace días, semanas o puede que hasta hace varios meses empiezo a ver luz.


De la nada me transporto a una polvadera en la carretera I-35, unos 50 kilómetros antes de llegar a San Antonio, después de ver puros matorrales, en el pueblo de Moore empiezan a verse árboles, pero todos ellos estaban muertos. Esta era la frontera hasta donde llegan a crecer los árboles que dejan sus hojas amarillas, naranjas y rojas antes de que se caigan. Al Salir de San Antonio, por la I-10 rumbo a Houston, a partir de el Buc-ees en Luling empiezan a mezclarse unos pinos que quedaron verdes. Ahí recordé que los árboles no estaban muertos, estaban por reverdecer en primavera. Otras veces llegue a pensar que Google tomo la foto que hoy tengo de fondo en este tramo de la carretera.




De repente me hacen voltear lejos hacia el poniente, hacia el oasis que me atrapará próximamente. Ahí vas a poder ayudarnos, me dicen. Voy a extrañar los bosques, pero me quedaré en un oasis. Si voy a cumplir mi misión ayudando a otros haciendo lo que me gusta así me quedaré por siempre. Es un lugar al que nunca he ido.


Ahora solo queda esperar. Más contento no podría estar

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