domingo, noviembre 11, 2018

Viaje a España, Andorra, Francia y Portugal en 2018

Es aveces incalculable el estrés y el gusto que a la vez puedes tener al ser maestro de ciencias. A veces con tanto estrés hay que darse una escapada, aunque hasta hace unos quince meses no pensé que fuera a ser una escapada tan larga. Siendo el 25 de mayo mi último día de trabajo quise irme el 27 de mayo a Madrid para llegar ahí el día 28. Con la hospitalidad de Javier y Juan, su papá. Esto es algo de lo que vi en un orden más o menos cronológico:


























Lo que más me gustó fue el ver los palacios reales por dentro (el Palacio Real y algunas partes de El Escorial), pero desafortunadamente están prohibidas las fotos. Como no pienso comercializarlas, pude tomar algunas, sobre todo en el Escorial que hay menos vigilancia:











No soy fan de Franco por lo que he escuchado, pero esto es el Valle de los Caídos:







Zonas cercanas a Madrid que puedes ver el mismo día sin tener que hospedarte en otras partes son Toledo, Ávila, Salamanca, Segovia y Aranjuez.

Toledo:















Ávila y Salamanca:














Aranjuez y de regreso a Madrid:




















Segovia, el pueblo más bonito en su exterior y La Granja de San Ildefonso (donde pude sacar algunas fotos más siendo un palacio real donde están prohibidas las fotos): 
































De Madrid agarré un tren a Sevilla y me hospedé con Pablo y sus papás, vi también a Jorge:



































Estando en Sevilla, me fui un día a Córdoba y otro a Granada:






































De Sevilla un autobus hizo un viaje que parecía casi interminable a Murcia, donde vi a Sandra, conocí a su hermana y su cuñado, para más tarde ver a Almudena y David:


















De ahí llegas rápido a Cartagena, donde vi a Puri, Isa y Balle. Esa noche Isa y Balle me hospedaron en San Pedro del Pinatar.












A la mañana siguiente me fui a Valencia unos días, donde Marisa me enseñó el centro de Valencia. Luego de ver La Ciudad de Artes y Ciencias, Miquel me paseó por un mirador y el último día probé la auténtica paella valenciana. 


























Tuve chansa de ir a ver mi pueblo, Villarreal, y Castellón, donde estaban Alina, Alejandro y Silvia:










Barcelona no se me hizo la gran cosa como ciudad en sí, pero hay lugares que hacen que verdaderamente valga la pena ir, más que por el exterior, por el interior. Tan es así que me propongo regresar una vez que terminen de construir la Sagrada Familia:




















































Y no nuy lejos de ahí, esto es Montserrat:














A unos 45 minutos en tren de Barcelona llegué a ver a Ana. Ella me llevó a conocer Gerona, Además de Besalú y Castellfollit de la Roca:











Andorra no queda muy lejos y puedes tomar un tour de tres países en un día (España, Francia y Andorra). Algún día regresaré a Andorra para caminar más a gusto:












Lourdes es donde se le apareció la Virgen María a Bernardette:




















Por la huelga de trenes, no pude levantarme tarde la segunda mañana para llegar a San Sebastián, pero sin pagar más pude irme como desde las 5:00 AM en camión a Bayona, y luego en tren a Hendaya, en la frontera con el País Vasco (España). Una vez ahí esta el “Topo,” una especie de metro-tren urbano que te lleva hasta donde termina la zona de San Sebastián. Al llegar al hotel cerca de las 2:00 PM en lugar de las 8:00, pude disfrutar de esta vista antes de echarme una siesta por haber dormido solo dos horas la noche anterior:











Esto fue lo que vi al día siguiente en la capital de Gipúzkoa, la zona donde muchos tienen el Euskera como lengua materna. Y para terminar el día, un destello verde:















El último día en Euskerolandia fui de ida y vuelta a Bilbao, no sin antes disfrutar del amanecer en el lobby del hotel: 





El Guggenheim está bruto por fuera, pero nada espectacular por dentro:

















Al día siguiente agarré un tren a Valladolid. El primer día descansé, y el segundo fue ida y Vuelta a Burgos:




















El tercer día fue ida y vuelta a León:


















El cuarto día conocí Valladolid:
























Luego me pasé a Oviedo, Gijón, Cangas de Onís, y la zona de Covadonga con Amelia, empezando en este camino en autobús de Valladolid a Oviedo:












































De ahí me fui a Santiago de Compostela, en un autobús en el que parecía un recorrido interminable por todos los pueblos en los que paraba:













Al día siguiente fui de ida y vuelta a Lugo:










De ahí agarré un autobús a Oporto:











































Luego un tren a Lisboa:
















Al segundo día fui de ida y vuelta a Óbidos, Alcobaḉa, Nazaré, Batalha, y Fátima:





















Luego el último día vi de lo mejor del viaje: palacios reales (entre otros lugares) donde sí puedes tomar fotos sin flash:






















































Y de ahí agarré un avión para pasar una última noche en Madrid con Nerea y Julio.












¡Y de regreso a Monterrey el 9 de julio!