miércoles, abril 03, 2013

En la orilla de los bosques: San Antonio, San Marcos, Austin, Fredericksburg y la sierra de Santiago


Cuatrosemanas después de pasar por la carretera I-35, cuando iba a las carreras, regreso de paseo. A pesar de lo emocionante que fue el paseo anterior, el ir a las carreras no deja tiempo para disfrutar la fotografía y los paisajes. Casi todos los árboles estaban reverdeciendo. Es increíble ver que en una zona sin montañas sea un punto específico en el que decidan o no crecer los árboles. Pasando por la I-35 hacia el norte, al llegar a Moore, Texas después de ver puros arbustos empiezan a verse encinos. Curiosamente, es el punto aproximado donde empieza la zona de tornados en Estados Unidos. Probablemente es donde en promedio empieza a chocar la humedad del golfo de México con los frentes fríos, formando tormentas eléctricas fuertes que a veces producen tornados.


50 kilómetros después llegas a San Antonio, donde algunas zonas están tan escondidas entre los árboles que no pareces estar dentro de una ciudad. Digo yo que estas a la orilla del bosque porque casi todo el sureste, este, noreste y partes del norte de Estados Unidos están en zonas boscosas. 




Después de San Antonio a media hora esta San Marcos, otra media hora y llegas a Austin. 




Tomando la 290 hacia el poniente llegas a la 281, unos minutos al norte, en Johnson City das vuelta hacia el poniente y después de una media hora llegas a Fredericksburg. Este es un pueblo alemán.


Aquí parece que el tiempo se regresa y te transportas a Europa del siglo XIX. La nieve sabe deliciosa y algunas personas todavía hablan alemán. Curiosamente, en un estado donde la mayor parte de las personas ya no son blancos (que no son latinos), aquí eran la inmensa mayoría, tanto visitantes como turistas. Esto no parecía Texas no solo por la falta de diversidad, sino porque al menos en Main Street, la calle principal, el diseño urbanístico es al estilo europeo, donde todo está amontonado (igual que acá en México, solo que sin el estilo Europeo). Una ciudad típica Texana donde hay banquetas en todas las zonas residenciales (con espacio adicional para arboles y zacate) y estacionamientos amplios alrededor de cada negocio hacen que una ciudad como San Antonio, con unos dos millones de habitantes ocupe casi el mismo espacio que el área metropolitana de la Ciudad de México, que tiene más de 20 millones de habitantes.





Unos 400 kilómetros al sur-suroeste tenemos la Sierra Madre, y parte de ella en el municipio de Santiago, Nuevo León. Acá las zonas boscosas en general no tienen árboles de esos que se ven amarillo-naranja-rojos en otoño. Aquí hay principalmente pinos. Algunos encinos como los que hay en Texas tienen hojas que se caen, pero al mismo tiempo en que salen hojas nuevas. Hay también arboles de maple (sobre todo alrededor del arroyo), pero estos yo creo que han de ser los únicos de los que no se extrae la miel de maple porque nadie la produce.













Da tristeza ver más de la mitad del bosque quemado, especialmente los pinos. Cuando se vino el ventarrón de Semana Santa del 2008 me tocó ver que el cerro de enfrente del rancho quedo completamente quemado. Por alguna extraña razón, en esta zona hay pinos del lado poniente de las lomas, y puros matorrales del lado oriente, que es donde tenemos el rancho. Espero yo que futuras generaciones puedan disfrutar de un bosque regenerado más sano, como algunos dicen que hacen los incendios. Y puede ser, porque desde hace muchos años hay plaga de esa cosa gris que ponen en los nacimientos, y que también había en Sea World.


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