Empezaba el
mes de marzo, justo después de haber visto un trailer de lo que sigue, cuando el pasillo se puso más oscuro que
antes, solo que en mi bolsa traje desde entonces las llaves del futuro exitoso.
Legué a pensar que esto fue así “invitándome”
a dejar de trabajar para quienes solamente ven a los empleados como si fueran
naranjas a las que hay que exprimirles dinero a toda costa sin importarles nada
más. Esto además de tener que lidiar con los gusanos de clientes que buscan
podrirte, normalmente no dejando contentos ni a los gusanos ni a los exprimidores.
Era tanta
ya la oscuridad que aún sabiendo que pronto amanecería decidí prender la luz.
Esto si esta constando caro, porque pensé en renunciar para acabar la tesina.
No contaba con que la asesora se iba a atravesar a lo mucho una vez por semana
en el camino. Esto me ha atorado un poquito y no voy a poder tener la tesina
presentada este mes como pensaba. Pude haber aguantado unas dos semanas más en
el trabajo de antes.
Desde que conseguí
esas llaves a finales de febrero el amanecer se programó y este no se va a
esperar a que tenga yo más para recibirlo, aunque esos 35mil pesos extras al
año no habrían estado nada mal por terminar la maestría. Ahora en
vez de dejar que me expriman, mi trabajo va a ser el pulir diamantes, que va a
ser divertido. No hay nada mejor que trabajar en lo que te gusta y que te
paguen un sueldo justo. Voy a estar satisfecho en la medida en que les guste mi
trabajo. Se acerca con esta nueva oportunidad la hora de cambiarme de casa. Ahora
la pregunta aquí es: ¿Qué me llevo y qué dejo?
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