Cuando vas
a Nueva York por primera vez y ya conoces Texas relativamente bien te das
cuenta de que es un muy buen lugar para ir a visitar. De hecho, me queda
pendiente regresar a ver en Central Park en otoño cuando los árboles estén color
naranja, amarillo y rojo y en invierno, cuando tengan el pino de Navidad puesto
en el Rockefeller Center.
A cada
media hora se escucha la sirena de la ambulancia, de los bomberos o de la policía.
Cuando pasa por lugares concurridos como Times
Square, el ruidazo puede durar unos 10 minutos, es una locura. Estoy seguro
es que el vivir en un suburbio de Dallas o Houston es una verdadera bendición:
Jamás viviría
en Nueva York aunque me pagaran por ello. Esta ciudad se parece mucho más al
DeFe que a Texas, con la única diferencia de que hay edificios en cada manzana.
Muchos de los parques chicos y lo sucio de las calles me recuerdan a la Ciudad
de México y no, jamás me iría a vivir al DeFe. Incluso en Odessa, que es famosa
por petróleo y dinero mas no por turismo es mucho mejor lugar para vivir que Manhattan. A la próxima que vaya a Nueva
York voy a checar si Brooklyn, Queens, Staten Island o The Bronx
me hacen cambiar un poco de opinión. Lo único que no extrañé de Texas fue el
calor, pero ¡ah cómo extraño Monterrey!