martes, agosto 11, 2015

Misión cumplida... casi


Todo empezó en el verano del 2013, estaba haciendo la tesina de maestría. Cada vez que mandaba avances, la asesora me pedía corregir diez cosas. Al corregir esas diez cosas me regresaba el trabajo y me pedía corregir otras nueve cosas distintas. Me recordaba a la asesora que tuve en la tesis de carrera, solo que esta no era fastidiosa ni me amenazaba con no graduarme. Al mismo tiempo, estaba esperando el permiso para empezar ese trabajo en Estados Unidos que tanto soñé. Le di prioridad a la mudanza de Monterrey a Odessa, Texas y dejé la tesina pendiente. El trabajo es verdaderamente absorbente y no tengo la energía envidiable de mis colegas españoles, así que me enfoqué en mi trabajo. El verano pasado no me convenía regresar así que en algunos días estuve aburrido sin hacer nada, una semana en Nueva York, unos días en Dallas, carnes asadas… Este verano regresé a Monterrey, acabé la tesina sin necesidad de ir a asesoría y las cosas se dieron para que las correcciones fueran mínimas (con otro asesor, por supuesto), así que tengo la maestría terminada.  Muchas veces me pregunté si la asesora anterior fue tan perfeccionista que el nuevo asesor batalló para encontrar correcciones.


La cirugía de los ojos salió, a un costo mucho menor que en Estados Unidos. Adiós lentes. Dos tratamientos dentales pendientes ya quedaron. Ya no tengo metal en la boca.


Me da tristeza ver que la familia de mi mamá esta deshecha, pero a la vez tranquilidad porque no hay nada que pueda hacer para unirla y en mi familia está todo bien. Pude ver algunos amigos, aunque la mayoría ya vive fuera y/o están casados. Creo que la gente se está dando cuenta que en Monterrey no es fácil tener el nivel de vida con el que te habías acostumbrado. Me gustan mis cerros, mi ciudad con sus edificios (cada día más bonita), pero a la vez siento que me quedan menos razones para quedarme. Al tener pocos amigos que sigan viviendo ahí y a la mitad de la familia deshecha no me deja las mismas ganas de ir a Monterrey que tenía antes. Lo que sí me queda claro es que el hecho de no ver a algunos amigos en mucho tiempo no significa que no sean amigos y a los que he vuelto a ver nos volvemos a saludar con el mismo gusto de siempre.



Nunca fui de muchos amigos pero sigo abierto a la posibilidad de seguir haciendo amigos acá en Odessa, y a lo mejor a que se atraviese esa chava con la que quieres estar todo el día el resto de tu vida. Mientras tanto, tengo planes de seguir viajando siempre que se pueda.


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