El año 2015 empezó exactamente igual que como terminó:
con cohetes en medio de la neblina y frío (eso no significa que todo el año vaya a ser nublado y gris). Ha sido tradición pasarla en familia
y no con amigos, sobre todo a esta edad en la que muchos ya están casados o por
casarse.
Vienen serios retos en el trabajo, pero también
recompensas. Muchos creen o piensan que el año nuevo es vida nueva, pero no es
lo que normalmente pasa. No te encuentras gente que dice que a partir del
primero de enero va a ser alguien distinto. Los cambios pueden venir, por
ejemplo, con un trabajo nuevo, encontrar a la persona que amas, algún acontecimiento
que te impacta y te hace cambiar, etc. Lo que sí puedo decir, es que sí puedes
cambiar de un año a otro, y no automáticamente o por propósito con el año
nuevo.
Yo por ejemplo, como maestro sigo aprendiendo a hacer
mejor mi trabajo, y sigo aprendiendo. En un mundo donde las tendencias van
hacia el liberalismo, sigo aprendiendo acerca de mi religión y me mantengo
firme en ir contra corriente.
No soy ni busco ser perfecto, pero al menos no quiero llevarme de
encuentro a nadie al cumplir mis sueños. ¿Cómo estaría el
mundo si la sociedad al menos intentara seriamente no llevarse de encuentro a
nadie al tratar de cumplir sus propósitos?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario