El estrés del trabajo como maestro, junto con los nuevos requisitos burocráticos innecesarios en la escuela y el estrés de la pandemia (junto con todos los imbéciles, egoístas e ignorantes que no saben ponerse bien la mascarilla o que sabiendo hacerlo se la quitan) hacen a uno querer escaparse. Al estar cerrado en general el continente europeo vi la manera de ir a las ciudades que más elementos europeos tienen y que no había visto antes. Empezando por Filadelfia, donde se robaron un pedazo de París y lo anclaron en medio de una extensión de Nueva York:
Aquí cerraron los museos cuatro días antes de llegar, y aunque el
gobernador pidió hacer cuarentena tres días antes de que yo llegara no pude hacerme el examen del
coronavirus porque solamente podia hacérmelo en horas de trabajo. En vez de
ver los museos que tienen arte europeo me fui a Longwood Gardens, a unos 45
minutos de Filadelfia:
Bendito
Uber, es todo lo que necesitas para ir a Wilmington y alrededores, empezando
por Winterthur (Antigua mansion de los dueños de DuPont) y el Delaware Art
Museum:
Al estar
cerrados los museos el lunes, y en general también los martes, este acuario en Camden, Nueva
Jersey estaba abierto, al igual que la Catedral de la Inmaculada Concepción:
Hubo chansa
de pasearme un rato en Filadelfia y visitar la catedral y basilica de San Pedro
y San Pablo, al igual que el museo de arte por fuera antes de ir a cenar al Wegmans
(el mejor super de Estados Unidos) y regresar a ver el centro de Filadelfia de noche:
El martes
fui a Harrisburg y Hershey. Aunque ya había ido a Hershey necesitaba regalos
chuscos para el intercambio de regalos. Empecé viendo el capitolio de Pennsylvania
por fuera y luego la catedral de San Patricio antes de pasarme a Hershey donde la entrada la tenía
reservada por hora:
Ya de
regreso en Harrisburg me metí al capitolio antes de caminar y
buscar un lugar exterior para cenar, y esto fue lo mejor del viaje por varias
razones. Entre ellas la entrada es gratis, fui el único que estaba turisteando, así que sentí que abrieron este lugar solo para mi, y sobre todo, la increíble arquitectura interior. No creo haber visitado otro
capitolio más padre por dentro:
Después de dos horas de retraso (gracias Greyhound, a la otra mejor
me voy en tren) llegué a Baltimore con la ingrata noticia
de que el museo The Walters estaba cerrado a partir de ese día, pero pude visitar el Baltimore Museum of Art, el acuario
al que fui hace tres años y medio y disfrutar de ver los maples rojos y
naranjas y los ginkgos amarillos en la calle:
Algún día habría que ir a la Mansión Biltmore en Asheville, Carolina del Norte. Esta es la mansión privada más grande de Estados Unidos. Me
esperaba más de este lugar con costo de primera clase, pero queda
palomeada:
Finalmente
Atlanta. Esta ciudad tenía practicamente todos los lugares
abiertos, a excepción de CNN (por eso no compré el City Pass), y aunque estuviera abierto, no estaba en mi
lista de prioridades. Empecé por los alrededores del parque conmemorativo
a las olimpiadas del 96, el museo de la Coca, el jardín botánico (con las luces navideñas de
noche y otra vez al día siguiente con luz de día), el museo de arte High, Swan House, la
catedral y el acuario:
Consciente
de que estamos en medio de una pandemia usé la mascarilla en todos los lugares interiores
públicos. También en lugares exteriores donde había mucha gente. Creo que si al menos el 90% de las personas
hiciera lo que yo hice, este virus estaría bastante más controlado y la economía estaría mucho mejor porque no habría necesidad de tener tantos lugares cerrados. Por esa gente a
la que le hace falta empatía no voy a dejar de disfrutar las
pocas libertades que quedan, pero voy a hacerlo con la mayor precaución posible. Busco ayudarme a mi mismo, y a la vez ayudar a
negocios y asociaciones sin fines de lucro (museos).
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